Para algun@s, mejor amiga y, para otr@s, todo un misterio. Lo que sí está claro es que Ravelry es una plataforma que no deja indiferente a los fanáticos del tejido. ¿En serio aún no la conoces? A partir de este momento vas a saber todo lo necesario para disfrutar de todas sus potencialidades, que son muchas. Lo que sí hemos notado, es que aún persisten muchas dudas en torno al uso de esta red social, que se concentra en las manualidades y, más particularmente, en el tejido.
Ravelry es básicamente una comunidad virtual en la que vale la pena tener un perfil. Convertirse en usuario permite acceder a un mundo lleno de material interesante, partiendo por una oferta inmensa de patrones de tejido. Si entras, sabes cuándo empiezas, pero no cuándo terminas. Como en la plataforma se reúnen tejedores y diseñadores de todo el mundo, las posibilidades son infinitas. Y aunque parece que www.ravelry.com cuenta con exceso de información, basta con un mínimo de entrenamiento para llegar a lo que buscas.
Entonces, lo primero es crear tu propio perfil de usuario, que no tiene costo. Por defecto, Ravelry está en inglés, pero puedes configurarlo en español u otro idioma, sólo pinchando la opción al final de la página de inicio. Y luego empiezas a vitrinear lo que te interesa. ¿Buscas un patrón para cárdigan? Basta con que afines un poco los filtros de búsqueda para encontrar uno perfecto. Puedes limitar patrones para adultos, en el grosor de hilado, técnica, número de herramienta, color, metros necesarios, nivel de dificultad e idioma, por ejemplo. Pero si lo tienes más claro, también puedes filtrar por diseñador, estilo y valoración del patrón en esta red. Para nosotras, ¡mejor que Google!
Las fotos ayudan mucho para familiarizarse con el resultado del proyecto en cuestión, lo mismo que las evaluaciones de usuarios que ya lo han tejido. Aquí colaborar es fundamental, para compartir también la propia experiencia y así ayudar a otros tejedores. Es la forma en que esto funciona y que, en cierta medida, alimenta a la plataforma. Además de eso, es un gusto el nivel de detalle que la mayoría de los diseñadores entregan antes de que compres el patrón elegido. Con eso, es posible saber de antemano el tipo, cantidad de material y herramientas necesarias, como también los datos de la muestra de tensión, holgura, tallas y medidas del proyecto terminado, además de los metros necesarios para cada talla. Imposible no acertar, ¿cierto?
En tu perfil puedes archivar el material que te interesa, guardar tus patrones, subir tus propios resultados, organizar tu reserva de hilados y sumarte a grupos de tejido. Como usuario también puedes calificar el trabajo de los diseñadores y así darle más visibilidad en la red social. Otro ítem interesante corresponde a los hilados, que es posible comentar y evaluar para mantener a disposición sus características. Así se abre la oportunidad de familiarizarse con fibras, artesanos y marcas de cualquier lugar del mundo. ¡Soñado!
Con todo claro, una vez que haces match con tu patrón soñado, ya estás lista para empezar a tejer. La mayoría de los proyectos son material pagado, lógicamente, pero muchos diseñadores incluyen también material gratuito como una forma de dar a conocer su trabajo. Cuando compras contenido digital en Ravelry, estás realizando una transacción internacional a través de otra plataforma, llamada PayPal. Es un soporte seguro para administrar el uso de tu tarjeta de crédito o montos en dólares, que no tiene costos asociados a menos que retires dinero a través de ella. Al comprar en Ravelry usando PayPal desde Chile, la comisión es sólo la que tu banco establece para cualquier compra internacional, así de simple. Por lo mismo, lo más cómodo sería configurar la compra en dólares y efectuarla con PayPal como medio de pago.
A grandes trazos, con toda esta información esta comunidad virtual ya no debiera ser un misterio, pero por si las dudas, te invitamos a buscarnos ahí para seguir haciendo comunidad y que cuentes con nuestra orientación si la necesitas. Nos encuentras como Madejasur, Elespoerer y Carlafca. Anímate a encontrarte con tejedores de todo el mundo, conocer otras visiones de este arte a través de ellos y sorprenderte. Prueba vitrineando creaciones descritas en alfabeto latino, pero que chino o cirílico no te limiten, que para eso existen los traductores en línea. ¡Así de adictivo!